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Cómo fue el día que dejó de importarme si me contestabas los mensajes

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Sí, tardó mucho en llegar (como tus mensajes), no fue fácil (como quererte) y también dolió (como tu indiferencia). Antes de que llegara, tuve que trabajar en mí; no dejar de hacer mis cosas por esperar a que me contestaras un texto, tuve que distraerme, disfrutar mi vida, no permitir que tus mensajes influyeran en mi estado de ánimo, pero lo más importante: empecé a amarme a mí misma y tomé la decisión de dejarte ir.

No podía continuar desgastando mis lágrimas por tu indiferencia, no podía solamente pensar en por qué me habías dejado 'en visto' más de una semana, quizá dos, quizá un mes. ¿Habré dicho algo malo? –me atormentaba–. No podía seguir permitiendo que me hablaras y me dejaras de contestar cuantas veces querías y que, al volver, tuvieras la seguridad de que ahí iba estar yo para responder. Sin importarte lo mucho que me doliera que sólo me hablaras cuando estabas aburrido o necesitabas algo.
Al principio me dolía mucho no hablar contigo, tenía la necesidad de contarte todo cada momento; platicar, hacernos reír, mandarnos fotos, lo que fuera. Yo siempre quería hablar contigo, pero del otro lado del chat, no estabas… más bien, sí estabas, pero no para mí. Con el tiempo empecé a sanar, hacía lo que realmente quería, me concentraba en mis deberes y, poco a poco, tu conversación bajaba cada vez más. Sin esperarlo, cuando menos le puse atención, me di cuenta de que ya no me importaba si me hablabas o no

Ya no me molestaba ver las dos palomitas azules, ya no me molestaba verte en línea y yo ya me sentía mejor aun sin hablar contigo. Ya no me angustiaba, ya no me cuestionaba si había hecho algo mal, ya no me preguntaba sobre lo que estabas haciendo o si estabas bien. Ambos estábamos haciendo nuestras vidas y claramente uno no era parte de la del otro.
Nunca he considerado que los mensajes deban ser contestados por obligación, todos nos mantenemos ocupados y está bien si no podemos contestar cada dos minutos, sin embargo, siempre he creído que cuando alguien está interesado en ti, aprovecha cualquier oportunidad para responder y mantener la chispa, sin importar que hayan pasado horas del último mensaje. Y, bueno, es claro que éste no era nuestro caso, al menos no el tuyo.

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